En la última edición del Salón Internacional de Alta Relojería de Ginebra, “H|M|S – Horas, Minutos y Segundos” entrevistó de manera exclusiva a Claude Emmenegger, Director Creativo de Audemars Piguet. Emmenegger, que cumple esta función desde 2016, ya había formado parte del equipo de la firma suiza entre 1999 y 2003. En aquella oportunidad creó los increíbles modelos Tradition of Excellence 2, 3 y 4 además del Royal Oak Concept, reloj lanzado por primera vez en 2002. De regreso en Audemars Piguet, cuenta entre sus principales objetivos la promoción de la categoría de piezas femeninas, así como el desarrollo de conceptos high tech y de nuevas funcionalidades. De estas y otras cuestiones relacionadas con el proceso creativo y la manera de trabajar en una marca líder del universo de la Alta Relojería se habla en esta nota.
— ¿Cuánto tiempo lleva trabajando con Audemars Piguet?
— Tengo dos vidas en Audemars Piguet. Trabajé primero desde 1999 hasta 2003. Ahora llevo un año y 9 meses. Es largo y corto a la vez. En Audemars Piguet el tiempo desde el primer diseño hasta el producto final dura alrededor de dos años. Le prestamos mucha atención a la calidad de los prototipos. Los prototipos tienen que contar con las funciones no solo con la parte estética, armamos los prototipos para que trabajen con los movimientos, por eso nos lleva dos años. El producto principal que diseñe llegará el año siguiente.
— ¿Recuerda su primera tarea cuándo comenzó en Audemars Piguet en 1999?
— Éramos tres personas y yo era el único diseñador en esa época. Lo fui durante dos años hasta que decidí contratar una persona para que me ayude. Trabajé con todas las colecciones, con la joyería, con todo. Una de las tareas fue hacer una remodelación del Royal Oak, queríamos hacer unos pequeños cambios, pero finalmente fueron grandes, tan grandes que decidimos fabricarlo y llamarlo concept. Habíamos dicho que no íbamos a tocar mucho el Royal Oak, pero después decidimos avanzar con el prototipo y la idea del concept era muy fuerte. Eso fue lo más importante.
En esa época también hice lo que llamamos Tradition d’Excellence Cabinet Watch, los modelos 2, 3 y 4. Salieron en ediciones muy limitadas. Y también hicimos el T3 de Arnold Schwarzenegger que fue muy divertido. Hicimos muchas cosas.
— En el comienzo del proceso de hacer relojes, ¿piensa primero en el aspecto del modelo o piensa en las dos cosas, el diseño y que características técnicas tendrá?
— Generalmente están juntos los dos aspectos, pero depende del proyecto. Si el movimiento es conocido o si está ya finalizado es más fácil. A veces empezamos con nada. Tenemos una idea de las funciones, o de la complicación, o de que queremos mezclar por ejemplo un contador con las fases lunares. Hablamos entre nosotros. Hay algunas ideas que vienen de François-Henry Bennahmias, algunas vienen de Marketing, otras vienen del Departamento de Producto o directamente del diseño. Hay muchas formas de empezar. Por supuesto que además tenemos ideas para el futuro, y tratamos de llevar adelante las ideas que son buenas. Tenemos que pensar en 3, 4 ó 5 años por delante.
— Es muy difícil pensar en tantos años por delante porque no necesariamente se va a saber cuáles serán las tendencias en 3 años.
— Ok, pero creemos en lo que hacemos y no somos una compañía fashion, por eso no tenemos miedo de esto. Quizás por un color o algo así, pero por el diseño principal sabemos que será correcto. Porque no es un auto, no es un barco, no tiene funciones para moverse o restricciones como las que tenés en un auto. Así que si creemos, avanzamos. Lo más importante es creer, por supuesto que las dudas siempre están, pero tenés que creer e ir para adelante. Cuando comienzo un proyecto no me gusta moverme a la derecha o a izquierda, o algo así. Avanzamos, y nos detenemos si hace falta, no miramos qué hacen los demás o qué hizo otra marca.
Emmenegger también nos contó detalles de su primer acercamiento al diseño de un reloj: “Para el diseño me gusta dibujar a mano. Creo que no es necesario hacer un buen dibujo, solo un bosquejo de la idea. Siempre tengo conmigo una lapicera y papel. Es importante. La computadora no es importante, pero es una herramienta. Para la idea yo prefiero los bosquejos. Es importante que todo mi equipo sea bueno con los dibujos a mano.”
— ¿Cómo surgió la idea de retornar al oro amarillo? ¿Fue por la estética? ¿Para renovar la línea?
— Fue idea del Departamento de Marketing principalmente. Y yo estuve completamente de acuerdo. Quizás hace 5 años atrás hubiera dicho que no. Pero ahora pensé que era el momento adecuado. Mucha gente diferente habló de eso y yo dije ok y volvió. Si no estoy de acuerdo, por supuesto que lo digo. No son muy brillantes, están muy bien.
—Hablando de las novedades que Audemars Piguet presenta ¿Cuáles son sus favoritas?
—Hay varios puntos que me gustan, uno es el uso de la cerámica, el resultado es realmente fantástico, con acabados de muchísima calidad. Son piezas con todo hecho en Suiza, el circonio, el silicio. Por supuesto, ya habíamos hecho el Offshore con caja y bisel de cerámica. Los resultados son muy buenos, cada persona que lo usa lo ama totalmente. El tamaño del Royal Oak es muy preciso, con la cerámica es más preciso e impulsa el diseño un paso más allá. Es una nueva generación de materiales, que por supuesto son materiales que acabamos a mano.
El Diamond Outrage es como un concepto. Cuando comenzamos a trabajar en él, no sabíamos que queríamos hacer, lo diseñamos con mucha libertad. Tenemos un buen técnico, un buen joyero, un buen engastador y ellos tienen el talento y el hábito para hacer cualquier cosa, no hay miedos. Decidimos diseñarlo, no sabíamos si era posible poner un reloj y en qué lugar incluírlo. Hicimos el Diamond Punk primero, luego el Diamond Fury, que era más agresivo y después dijimos “Ok, necesitamos más, tenemos que hacerlo agresivo, pero muy elegante”. Es como un concepto, hacemos un diseño sin saber cómo fabricarlo, para nosotros está bueno, porque no hay límites. Habíamos hecho lo mismo para el concepto del Frosted. El acabado de la caja del Frosted también es muy interesante. Para el próximo modelo la historia es similar, está diseñado y ahora tenemos que construirlo, no es fácil, pero es un desafío muy interesante.
Con el Royal Oak Chronograph pusimos mucha atención con cada detalle, el tamaño de las agujas, los índices, y las proporciones de cada elemento. Quizás son más de 3 semanas de trabajo, aunque a veces podés diseñar un dial en un día. Es muy importante la legibilidad de la luminova, las proporciones y todo. No es una nueva pieza, pero es muy importante, es de nuestra colección esencial.
— ¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?
— Depende, generalmente viene de la arquitectura, también de la naturaleza, que me gusta mucho. Sé que los autos o la vestimenta inspira a mucha gente, pero no especialmente a mí. Prefiero ser completamente libre. A veces lo que diseño solo son garabatos, no sé de dónde provienen. Pongo un punto detrás de otro, y hay un puente, hay una cara, y tengo que alcanzar un punto tras otro. Pero hay una manera correcta, una manera glamorosa de hacerlo. Si tenés un mecanismo, es un mecanismo, es una función, mi rol es poner el glamour, lo sexy, poner una cara poderosa para el mecanismo y lo más importante es el balance entre todo. Tengo 30 años de experiencia en diseño puedo saber que errores no quiero cometer otra vez.
Por supuesto leo diarios, tengo muchos libros. Prefiero un buen libro en lugar de ir a Google o algo así. Me gusta encontrar buenos libros, de escultura, de arte en general. En Suiza tenemos buenos museos, en Zurich, en Basel. Art Basel es una buena oportunidad, me gusta mucho el arte contemporáneo y el arte en general. Tengo una colección de pinturas. Las cosas más impresionantes vienen del arte, porque es algo completamente libre.
Foto 1: Jules Audemars No 2 - Tradition of Excellence Collection
Foto 2: Edward Piguet Tradition D'excellence Tourbillion
Foto 3: Royal Oak Tourbillon Tradition d'Excellence No. 4
Foto 4: Royal Oak Offshore T3 Chronograph
Foto 5: Diamond Outrage